La escritora catalana Rosa Ribas y la alemana Sabine Hofmann se inmiscuyen en la “oscura” Barcelona del año 1952 en la novela negra ‘Don de lenguas’ (Siruela).
La obra se basa en la historia de una joven periodista que empezará a tirar del hilo de un asesinato en un momento en que la ciudad se propone proyectar una imagen impoluta.
Así lo ha explicado la autora catalana en la presentación de la obra, escrita a cuatro manos durante 3 años y medio de trabajo común, en que la sinopsis, construcción de los personajes, proceso de documentación lo han hecho “todo juntas”, tras horas de hablar y discutir mucho, señala Ribas.
Ribas (Prat de Llobregat, 1963), que ha vivido 22 años en Alemania y conoció a Hofman (Buchum, 1964) en la universidad, ha explicado que escogieron la fecha de 1952 porque en ese momento la capital catalana se preparaba con solemnidad para la celebración del Congreso Eucarístico, y para el Régimen de Franco estaba en juego su legitimidad internacional.
La protagonista de la historia es Ana Martí, una novata cronista de Sociedad del diario de ‘La Vanguardia’ que encontrará en el encargo de cubrir el asesinato de Mariona Sobrerroca, una conocida viuda de la burguesía, su oportunidad para escribir sobre temas serios.
Un hosco policía con un pasado doloroso, el inspector Isidro Castro, se encargará del caso y deberá aceptar que cubra la investigación la joven Ana, que pronto descubrirá nuevas pistas que se apartan de la versión oficial y que implicarán a influyentes personalidades de la sociedad barcelonesa.
Ribas, que espera continuar la saga, ha explicado que la obra aborda el tema de la censura literaria, así como de la autocensura que sufren los profesionales que silencian temas por incómodos ya sin preguntar: “Me interesa mucho lo que se dice y lo que no se dice. En el Franquismo hay un lenguaje y muchos silencios”.
Del elenco de personajes de la novela “no hay ninguno que salga limpio, no hay ninguno buenísimo, ni malísimo”, ha señalado la autora, quien ha destacado un esfuerzo ingente de documentación para lograr una inmersión en la época.
De todas formas, aclara que “los personajes no te cuentan la época, la viven”, y las escritores huyen del toque didactizante de algunas voces narradoras, por lo que opta por evocar la época en directo.
ORIGINAL EN CASTELLANO Y ALEMÁN
La novela está escrita de forma original en castellano y en alemán, porque de hecho cada una de ellas escribía en su idioma y se ha encargado de hacer la traducción en su lengua madre, lo que ha permitido un nuevo y valioso trabajo de revisión, ha destacado.
Según Ribas, el trabajo a cuatro manos ha puesto en evidencia los “estilos culturales” de cada una, por ejemplo, a la hora de desarrollar ideas la escritora catalana era más de poner hilo a la aguja rápidamente, mientras que Hofmann batallaba para profundizar en la teorización de la idea hasta el final.
La editora de Siruela, Ofelia Grande, ha destacado la “triple alegría” que supone publicar el ‘thriller’ por su faceta de novela histórica que refleja el ambiente social y político de la época, una “muy bien armada” faceta policíaca y la literatura impecable.